Kirguistán, disturbio popular en un territorio con intereses rusos y estadounidenses
INAUDITO ESCENARIO EN EL SUR KIRGUISTÁN AMENAZA CON EXTENDERSE

Nilitza Carvajal, (UBV) – Hace un mes aproximadamente, una serie de información suministrada repentinamente cuenta de la existencia de un país llamado Kirguizistán fronterizo con China, Kazajistán, Tayikistán y Uzbekistán en el que habían fallecido cerca de 200 personas a raíz de los enfrentamientos entre los dos principales grupos étnicos de ese territorio: uzbecos y kirguizes.

En Kirguistán se produjeron enfrentamientos que se prolongaron hasta al norte del país por la agitada situación; de igual manera el gobierno regional en Bishkek, dio a conocer que al menos 200 muertos se habían registrado para el mes de junio. Sin embargo, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) cree que la cifra de víctimas es mucho mayor para la fecha.

Así mismo, expusieron que ante la rígida situación, Rusia sacó del país a las mujeres e hijos de los soldados; aproximadamente unas 150 familias de paracaidistas rusos abandonaron la base en un avión de transporte militar, mientras sigue sin estar claro si los soldados rusos en el norte del país y las fuerzas estadounidenses se interpondrán en el conflicto.

Los mayoristas de la capital protegieron sus mercancías y abastos con rejas de metal. En las sureñas ciudades de Osh y Yalal Abad, en las que murieron al menos 200 personas y unas 1.500 resultaron heridas, los equipos de rescate y la policía cerraron los accesos a varios barrios. Hay algo que se debe tener en cuenta que lo ocurrido allí sirve de ejemplo a la actual conflictividad con el origen racial que ha sido una estrategia emergente y semejante en el proceso de nacimiento de nuevos Estados, pero que también sacude a otros teóricamente ya consolidados.

Actualmente, se contabilizan en el mundo más de 100 conflictos étnicos en diferentes grados de desarrollo, desde los que han provocado un estallido generalizado de violencia hasta los que apenas se manifiestan en tensiones larvadas, con el evidente riesgo de desembocar en luchas incontroladas.

La realidad de Kirguizistán es que es de gran interés tanto para Washington como para Moscú por sus recursos naturales, acceso energético y rutas de comercio. Tanto Rusia, que apoyó al gobierno interino, como Estados Unidos tienen intereses en que el ejecutivo de Kirguizistán consiga estabilizar la situación, entre otras cosas porque ambos tienen bases militares en el país que utilizan para llegar a la vecina Afganistán. Pero la violencia sigue y ya la ONU la ha calificado de “catastrófica”. El fantasma de la balcanización ya ronda por los pasillos diplomáticos de las potencias.